Escribe: Margarita Rivera Monforte
[DESDE PARÍS]
Stefano Peschiera nos regaló un momento inolvidable en París 2024. El peruano logró la medalla olímpica luego de 32 años de espera y escribió su nombre en la historia de nuestro deporte. Tras conseguir el bronce, nuestro velerista solo muestra una profunda gratitud por el apoyo recibido y un compromiso inquebrantable con nuestro país.
Tanto esfuerzo y sacrificio, y por fin llegó el momento.
Llegó el momento para todo el Perú. Solo estoy agradecido; ha sido mucho sacrificio y mucho trabajo, y por eso mis lágrimas.
Recuerdo en Tokio, cuando estabas molesto y fastidiado. Hablamos de que esa medalla llegaría, ¡y llegó!
Sí, es verdad que estás aquí tras tantos años de entrenamiento y sacrificio, bajo tanto estrés, y que no se dé el resultado que querías, o un resultado que sientes que merecías, te decepciona mucho. Es durísimo, te hace pensar en el retiro. Es una montaña rusa de emociones y en Tokio estaba así, no sabía si iba a seguir. Pero después lo piensas bien y dices: “Esta es mi vida, esto es lo que me da energía y luz, y no podía dejar de intentarlo una vez más”.
¿Qué hizo que recuperaras esa cabeza fría para continuar?
La madurez y la experiencia. Con los años, te vas dando cuenta de lo que de verdad importa. Se ha hecho un trabajo psicológico y técnico que ha hecho que yo esté en perfectas condiciones para poder darlo absolutamente todo y tentar una medalla. Ojo que hubiera podido ser cualquiera de los peruanos; por eso digo que esta medalla es de todos. Estoy muy agradecido con todos los que han sido piezas claves en este resultado.
Esto no es nuevo, tienes varios años trabajando duro.
Lamentablemente, hay gente que cree que acertaste esa única vez porque nadie te conocía desde antes. Por eso, tenemos que hacer que los deportistas sean conocidos desde que empiezan, para que las empresas los puedan apoyar y ellos puedan contar con la inversión y las herramientas para poder tentar una medalla más adelante.
Y se está haciendo camino para eso.
Creo que venimos encaminados, venimos bien. Dos Juegos Panamericanos vamos a tener en Lima, y eso va a hacer que el deporte se fomente. Son los países desarrollados los que saben que el deporte es un pilar importante en la sociedad. Es una oportunidad para poder naturalizar esto. Yo, desde chico, he sido criado para no rendirme, para no ser una víctima, para no decir “esto me pasa a mí porque no tengo apoyo”. Yo salgo y compito de igual a igual. La idea es respetar siempre al rival, pero saber que se le puede ganar.
¿Cómo viviste la última regata?
Yo estaba tranquilo, pero me sorprendió un poco mi resultado en la final, porque quedé noveno de diez. Felizmente, el inglés al que le tenía que ganar quedó en el puesto diez, y el húngaro y el noruego no quedaron arriba, porque allí hubiéramos perdido la medalla de bronce. Al final, se nos dio, se hizo el trabajo.
¿Por eso tardaste un poco en celebrar?
Sí, me costó celebrar porque yo soy perfeccionista. Estaba molesto con mi resultado en la final. Pero dije: “Ya toca disfrutar por los sacrificios que he hecho”, y la verdad es que fue el fruto de toda una semana de consistencia.
Las clasificatorias fueron importantes.
El trabajo se hizo en las clasificatorias y son casi más importantes que la final, porque esas te ubican en la posición que vas a defender luego en la final con los puntos. Es fácil empezar bien, pero luego la presión te come; por eso yo seguí invirtiendo mi tiempo en superarme día a día. Pero al momento de la final, luché con todo para defender la medalla para el Perú.
Si tuvieras que definir la vela en una sola palabra, ¿cuál usarías?
“Completo”. La vela tiene todo, desde lo físico, lo estratégico, lo táctico, lo técnico y las lesiones de por medio. Si quieres que lo diga con un poco de sentimiento, la vela es mi vida.
¿Qué es lo que sigue después de la medalla de bronce?
Estoy pensando si voy a seguir a este nivel competitivo para los siguientes Juegos, pero voy a tener que reevaluar esto. Lo único que ha podido hacer que yo reevalúe esto es la medalla, y se ha dado, y ahora tengo todo un dilema en mi cabeza de qué voy a hacer. Busco otra medalla o trato de crecer en otra carrera que fue lo que estudié y dedicarme a las finanzas.
¿Qué fue lo primero que se te vino a la cabeza cuando te dijeron que el bronce sí era para Stefano Peschiera?
Es pura emoción, solo piensas en dejar de llorar, pero no puedes. Lo siguiente que pensé fue en el trabajo que ha hecho mi familia y toda la gente que me ha apoyado, y en ver a mi entrenador Luis Miguel Camino, que fue pieza clave para conseguir esto. Después, pensé en mi abuelo, que le hubiera encantado estar aquí. Él me da las fuerzas; llevo una foto de él siempre que estoy en competencias. Y en Dios, que ha hecho que hoy pueda tener esto y que el Perú tenga una medalla, medalla que nos merecemos.
Ahora a cerrar como abanderado en la clausura.
Es un honor para mí. La emoción que se siente cuando uno es abanderado es tremenda e indescriptible. Ser abanderado en los Panamericanos hasta ahora era el mejor momento de mi vida, pero creo que ahora una medalla de bronce lo supera. Pero cada vez que uno es abanderado sientes al Perú en el corazón.
¡Gracias por la medalla de bronce y arriba Stefano Peschiera!
La medalla es de todos, y también de ustedes, de Poli.pe, por todo el apoyo que nos han dado. ¡Siempre arriba Perú!
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