Escribe: Margarita Rivera Monforte
Desde Brasil

Para Juan Miguel Postigos volver a caer en una primera ronda de Juegos Olímpicos le genera un sinsabor que, sin embargo, no lo frustra en su anhelo de ser el mejor representante del judo peruano en el mundo.

Luego de ceder por 11-0 ante el azerbayano Orkhan Safarov, quien ya lo había vencido en Abu Dabi en 2014, entiende que debe esforzarse más en su preparación porque “trabajar durante cuatro años, sacándose la mugre para perder en la primera te deja una espina que espero sacarme algún día”, dice.

Esta nueva experiencia negativa ante un representante de Azerbayán le hace recordar que los representantes de dicho país se convirtieron en la piedra en el zapato este año, la misma que no quiere que le haga daño más tiempo.

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“Es la cuarta vez que me toca un azerbayano en este año. Ya parecen mi karma. Igual esperaba un mejor resultado en esta oportunidad. Pero ya está, no vale seguir lamentándose sino corregir los errores para volver a buscar una clasificación olímpica y llegar lo más lejos posible si lo consigo”, afirma.

¿Eso significa que el sueño olímpico no ha culminado? Para nada. Ahora veo las cosas con más calma, me duele la derrota pero no me saca de mis objetivos. Esta vez conseguí a pulso la clasificación, creo que puedo llegar de nuevo y superarme. Se viene Tokio y allí quiero estar”.

El judoca nacional espera volver a Francia para continuar con el buen trabajo que ha realizado hasta la fecha. Por ahora, estará unos días en casa. “Toca descansar un poquito y aprovechar para estar aunque sea brevemente con la familia”.

¿A entrenar de nuevo? “Sí, pero antes llevaré a mis madres (su mamá y su tía) al Cusco, a Machu Picchu. Ya es tiempo de que conozca mi país. ¡Qué vergüenza! Soy peruano y apenas si he ido por pocos sitios del Perú”.

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