Escribe: Mario Castro Ganoza
[DESDE TOKIO]

Japón decidió organizar los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokyo 2020 contra viento y marea, y también decidió que la forma más segura de hacerlo era sin público en las competencias, y encerrando a los atletas y a todas las personas que llegasen del extranjero en una burbuja sanitaria.

De los dos planteamientos el primero fue muy criticado y causó decepción en público y atletas, mientras que el segundo, era un esquema que jamás se había puesto en práctica para un evento tan grande, de tantos días, con tantos deportistas y personal envuelto en el mismo, y que se llevaría a cabo simultáneamente hasta en 9 lugares diferentes. En otras palabras, no se sabía si funcionaría.

Sin embargo y a la luz de las cifras pero sobre todo de la simple percepción de la realidad, ambas estrategias han dado resultados más que satisfactorios y lo más importante aun, es que Tokyo 2020 esta sentando un precedente y un estilo de organización para futuros eventos deportivos en tiempos de pandemia, ya que nunca desde que el nuevo coronavirus comenzó a golpear el mundo, se había realizado un “experimento” de esta envergadura.

El domingo 8 de agosto, el último día de los juegos, se habían registrado dentro de la burbuja olímpica menos de 450 contagios de un universo de 50 mil personas, contando atletas y personal de los juegos los cuales realizaron más de 600 mil pruebas de descarte desde el pasado 1 de julio, que fue cuando la burbuja entró en funcionamiento.

La llamada burbuja sanitaria para mayores detalles, no solo se montó alrededor de la Villa Olímpica y de las 40 sedes de competencia desperdigadas en nueve prefecturas diferentes, sino también incluyó al Centro de Prensa, dos campamentos para atletas ubicados en la vecina prefectura de Kanagawa, y a una serie de hoteles que servían de hospedaje a los deportistas cuando se trasladaban a competir en sedes alejadas.

Mientras todo estaba controlado en el interior, en el exterior de la burbuja olímpica la ciudad de Tokio registraba más de 5 mil contagios diarios y el país más de 12 mil, lo cual motivó que el gobierno encienda todas las alarmas e implementara nuevas y controvertidas medidas sanitarias, para que su sistema hospitalario no colapse.

Los expertos coinciden en señalar, que el éxito de la burbuja sanitaria se debe a un paquete de medidas encabezado por una población olímpica vacunada en un 70%, la implementación de un sistema de rastreo de contagio a partir de pruebas PCR que todos los involucrados debían realizar una vez al día, el uso de mascarilla hasta en los podios de premiación, el distanciamiento social incluso en la Villa Olímpica y lugares de hospedaje, el impedimento de utilizar transporte público o salir de la burbuja para hacer turismo o por cualquier otro motivo, entre otras medidas.

Es irónico, pero Japón logró aplicar a la organización de los juegos, es decir, a una población mayoritariamente extranjera, medidas restrictivas de cuarentena que la Constitución del país le prohíbe aplicar a sus propios ciudadanos. La llamada “Constitución de Post Guerra”, que fue redactada e impuesta al Japón por las Fuerzas Aliadas (Estados Unidos), no le permite a las autoridades aplicar cuarentenas rigurosas, toques de queda o cualquier otra medida restrictiva de la libertad individual. La carta magna solo permite que las autoridades le “soliciten” al ciudadano el cumplimiento de ciertas conductas que se justifican en el bien común.

Brian McCloskey, uno de los asesores de la organización en el montaje de la burbuja, indicó a los medios locales en conferencia de prensa, que incluso los expertos sospechaban que los contagios detectados dentro de la burbuja llegaron del exterior, y no fueron propiciados de manera local. Aunque es una afirmación que todavía debe ser corroborada científicamente.

Pero como nada es perfecto, si bien un sector de los expertos y la sociedad no puede responsabilizar a Tokyo 2020 de contagios materiales del nuevo coronavirus, sí lo responsabiliza de haber ayudado a que la población se relaje en los cuidados que debería mantener contra el COVID-19.

Uno de estos expertos es Koji Wada, profesor de salud pública en la Universidad Internacional de Salud y Bienestar de Tokio, quien aseguró en conferencia de prensa, que ver en la televisión a los atletas abrazarse, celebrar y darse palmadas en la espalda, incluso a los atletas japoneses, había socavado la seriedad de los mensajes emitidos por las autoridades para que las personas se queden en casa y eviten los lugares públicos.

Sin embargo esto aun no se termina, estamos solo en el descanso del medio tiempo. Desde el próximo 24 de agosto y hasta el 5 de setiembre se llevarán a cabo los Juegos Paralímpicos Tokyo 2020. Y en base a lo aprendido hasta ahora, los organizadores de los juegos podrían aplicar algunos cambios, entre ellos, quizás permitir público en los estadios. Ya veremos.

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