Escribe: Margarita Rivera Monforte
Desde Brasil
No fue fácil para Franciso ‘Pancho’ Boza mantener una sonrisa en medio de la tribulación que, de hecho, surcaba su mente. Pero él tenía que actuar así ante el grupo de peruanos que fue a alentarlo al Polígono Deodora en su debut en los Juegos Olímpicos.
Esa fue la mejor retribución del medallista olímpico de Los Ángeles 84 al aliento y cariño que le tributaron los compatriotas, no obstante su baja actuación en la primera ronda clasificatoria de la modalidad de fosa olímpica.
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Boza no pudo reeditar actuaciones anteriores y en su regreso a la competencia olímpica cometió errores que le impidieron conseguir un mejor resultado. Cerró el día con una serie de 22, 20 y 20 platos derribados sucesivamente de un total de 75 programados para la jornada.
“Lamento no haberle podido brindar una mejor actuación al pueblo peruano, a estos compatriotas que, sin embargo, me siguen brindando este cariño”, dijo el reconocido tirador peruano esbozando siempre una sonrisa pero entrecerrando los ojos de cuando en vez, como queriendo ocultar la desazón que el resultado le causaba.
El también campeón panamericano en Toronto 2015 y abanderado del Perú en estos Juegos, quiso explicar su regular performance. “Fue complicado. El viento también fue difícil de manejar, pero eso no es excusa y me apena que quienes vinieron a apoyarme y el pueblo peruano no haya podido disfrutar un mejor resultado”, señaló.
Boza culminará mañana su participación en Río 2016 y espera hacerlo de la mejor manera. “Ha sido una mala tarde y por eso daré todo de mí para romper los 50 platos que faltan”.
Sobre el futuro dijo: “Ahora toca reevaluar los objetivos y las acciones. El tiempo pasa y ya las cosas no son iguales. Veremos qué sucede en adelante”. De acuerdo a declaraciones anteriores, el tirador nacional se estaría despidiendo de esta tipo de competencias en Río. El tiempo dirá si en Tokio 2020 se anima a sacarse la espina.