Escribe: Franco Sánchez Rodríguez
Nilton Soto luchó hasta el final, hasta que el reloj llegó a cero. Su enfrentamiento contra el mexicano Manuel López fue uno de los más apasionantes de la lucha grecorromana que vivió el Coliseo Miguel Grau del Callao en los Juegos Panamericanos Lima 2019. Soto, lamentablemente, perdió la oportunidad de colgarse la medalla de bronce en los 67 kg, y con eso, también dejó escapar la posibilidad de cumplir una gran promesa, la misma que espera pronto realizar.
Gonzalo -como comúnmente lo llaman- prometió retornar a casa con la presea sobre el cuello. Eso se lo comentó a su padre, Nilton Soto, quien literalmente estuvo con él durante toda su participación en Lima 2019, ya que forma parte del comando técnico de la Federación Deportiva Peruana de Lucha Amateur. Su aliento fue incondicional.
Antes de salir por su lugar en el podio, el profe Soto habló con Nilton y le comentó que había llegado el momento que tanto habían estado esperando en los últimos meses. “Mi papá me dijo que todo estaba en mí, que estábamos para ganar esa medalla, que nos habíamos entrenado para subir al podio. De alguna u otra manera también me duele, porque yo le prometí esa medalla, pero es lo que se logró y llegamos hasta aquí”.
Con la frustración de dejar del coliseo sin lo que soñó, el joven luchador de 21 años admitió que el sinsabor fue muy grande, por los meses de preparación que sostuvo fuera de casa, alejado de sus seres queridos, y porque esperaba recibir a su futuro heredero, no solo con un pan bajo el brazo, sino también con una presea. Por ello las lágrimas hy el desconsuelo al final de la pelea por el bronce.
“Me entrené muy duro, sentí que en verdad me preparé muy fuerte para esto. Esperaba una medalla por mí, por mi familia, por mis entrenadores, por todas las personas que confiaron en mí, por mi hijito que viene en camino. Quería regalarle algo. Trataré de dar lo máximo por él, para que tenga lo mejor siempre. Deseo que sepa que su papá estuvo y está en los momentos que marcaron la historia del país”, añadió con la voz un poco quebrada.
Nilton Soto había vuelto meses antes de una dura lesión, la misma que hizo que cuelgue el tapiz de Perú por un largo período. Sin embargo, contra todo pronóstico logró integrarse a la selección peruana que competiría en Lima 2019. Desde ahí no paró, su disciplina y su perseverancia se lo permitieron. “La experiencia ha sido muy bonita, sobre todo porque muchas personas creían que esto no iba a ser posible”.
Sin duda alguna irá por su revancha. Ya sea en otros Juegos Panamericanos, Juegos Bolivarianos, Juegos Suramericanos, o hasta, por qué no, en unos Juegos Olímpicos como él mismo señala.