Escribe: Margarita Rivera Monforte
Desde Brasil
Llegar a unos Juegos Olímpicos y no destacar puede resultar frustrante para cualquier deportista. Ese no es el caso de Fiorella Cuevas, la levantadora de pesas que compitió por primera vez en Río 2016, con solo 18 años y en una categoría poco habitual.
La deportista más bajita de la delegación nacional mostró todo el coraje y molestia que le generó no poder mejorar sus marcas en los Juegos Olímpicos, aun cuando decidieron participar en la serie de 53 kilos, y ella compite normalmente en los 48 kilogramos.
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“Ya lo habíamos conversado antes con mi entrenador y ya en Río decidimos subir una categoría (ver vídeo) porque era más conveniente. Pero no logré lo que esperaba. Sé que dí lo mejor de mí, pero quería más. Yo sé que pude dar más”, es el reclamo personal que se hace la pesista.
Cuevas considera que cometió errores que le costaron no superar, sobre todo, su mejor marca en envión. “Eso es lo que me molesta. Pero sentí algo en el codo que no me dejó cargar bien el peso y se me cayó en el último intento”, explica.
Tal actuación le ha dejado a Fiorella Cuevas una espina clava que espera sacarse en un futuro no muy lejano. Es más, ella piensa en llegar a ser, algún día, una campeona olímpica.
“Quiero ser la primera pesista peruana en lograr una medalla olímpica. Tengo apenas 18 años y ya sé cómo es esto. Sé que puedo llegar más lejos. Sé que puedo dar mucho más de mí. Voy a prepararme para eso y lo lograré”, sentencia.