DESDE BRASIL (exclusivo para elpoli.pe) No llega al podio ni se ubica entre las dos primeras, sin embargo, lo realizado por Ariana Orrego en los Juegos Olímpicos de Río 2016 quedará grabado para siempre en el recuerdo de los fanáticos de la gimnasia artística. Tres rotaciones impecables, un 14 y más en saltos, un puntaje superior a 13 unidades en viga superan las expectativas depositadas en ella el inicio del certamen.
“Estoy feliz por haber debutado en unos Juegos Olímpicos. Ser la primera gimnasta en llevar al Perú a esta competencia es un honor que espero superar más adelante con una mejor participación”, contó la chica de 17 años que compitió entre grandes, como la campeona olímpica de Londres 2012, Gaby Douglas, y la fantástica Simone Biles.
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Ariana Orrego superó en Río 2016 todos los puntajes obtenidos a lo largo de su carrera deportiva. Sus puntajes, salvo en las barras asimétricas, estuvieron por encima, incluso, de los conseguidos para clasificar a los Juegos Olímpicos.
Por algo su entrenador Gustavo Moure asegura que luego del merecido descanso (de solo unos días, por cierto) y de bajar la adrenalina propia de un debut olímpico iniciarán el ‘Plan Tokio 2020’, es decir, la preparación para un nuevo ciclo olímpico.
“Lo hecho hoy me dice que Ariana está para más. El objetivo de esta temporada era clasificar y lo logramos. Ahora tenemos que pensar en algo más fuerte. Hay que prepararse para el próximo ciclo olímpico. Ella tiene condiciones para pensar en un trabajo que la pueda llevar a un podio en los próximos juegos”, señala el DT.
Su confianza contagia. Más, al ver la expresión de Ariana al término de su competencia. Y, si bien ella comenta que primero quiere terminar el colegio (en diciembre) y luego decidir si dedicarse íntegramente a la gimnasia o compartirlo con universidad, sabemos que el reto está latente.
“Sea lo que fuere que decida, igual continuaré haciendo gimnasia. Ahora toca trabajar mejor e incorporar nuevas rutinas, mirar alto, porque para eso me fui a los Estados Unidos y no dejaré de luchar por mi propósito”, dice con firmeza.
Como dice su padre: “Es una loca”. Y no porque tenga actitudes extrañas, sino porque desde muy niña es capaz de asumir compromisos que otros de su edad ni siquiera tienen en mente. Cuenta con el gran apoyo de la familia: Hasta la abuelita, doña Clarita Díaz, y su tía-madrina Gicela, llegaron con 16 familiares más para alentarla. El éxito está garantizado.