Desde Toronto
Pedro Cañizares, su entrenador, no encontraba una explicación. Si bien hizo mucho calor en Toronto, Kimberly García está acostumbrada a competir en condiciones más extremas. Por eso su presencia en el pelotón de adelante durante los primeros 15 kilómetros estaba dentro de lo previsto, estaba haciendo una muy buena carrera hasta ese momento.
El ritmo de Kimberly fue bastante bueno durante ese recorrido, tanto que hasta hizo pensar que lograría el objetivo por el cual había llegado a los Juegos Panamericanos: hacer su mejor marca en el año y por ende, tentar una de las medallas en disputa. Delante de ella solo estaba la mexicana María González, cuyo nivel era muy diferente al resto de competidoras. La azteca era fija para la medalla de oro y lo confirmó desde que dieron la orden de partida.
De pronto Kimberly entró en una disputa con la brasileña Erica De Sena, otra de las favoritas para ganar medalla, discusión que terminó cediendo quedando en el tercer lugar de la prueba. Faltaba poco para llegar a la meta, menos de 5 kilómetros, y como destello zigzagueante la pequeña Paola Pérez de Ecuador rebasaba rivales como si ella recién hubiese empezado a marchar.
Estaba en la décima posición y de pronto pasó a una, a otra y a Kimberly. Sus piernas parecían no estar cansadas y así fue hasta el final. Llegó atrás de De Sena y se colgó la medalla de bronce. Kimberly siguió cediendo posiciones y terminó quinta con un tiempo de 1h32m45s, la colombiana Sandra Arenas también la había superado poco antes de cruzar la línea.
Además de llevarse la de oro, la mexicana González también se quedó con el récord panamericano al cruzar la meta en 1h29m24s. La anterior marca le pertenecía a la guatemalteca Jamy Franco (1h32m38s). Un esfuerzo tan grande provocó su descompensación apenas terminó la prueba y tuvo que ser llevada hasta una clínica local.
Algo similar ocurrió con Kimberly, quien entre la desazón por el tiempo y el cansancio por el esfuerzo terminó necesitando que le pongan oxígeno. Es la primera vez que le pasa. El entrenador Cañizares también estaba sorprendido. Se quedó cuidándola, felizmente su salud mejoró. Luego será momento de analizar qué pasó en la prueba.