Ser madre es, sin duda, sinónimo de sacrificio, abnegación y amor. También de responsabilidad y entrega. Virtudes que se duplican y se suman a la pasión cuando incluyen al deporte en la actividad diaria. Lo demuestran tres mamás que estarán presentes en los próximos Juegos Bolivarianos del Bicentenario Ayacucho 2024, donde esperan que el éxito las continúe acompañándolas.
Mariolina Saletti Cordano
Madre de dos niñas, Michela y Tiziana, de 12 y nueve años respectivamente, esta experimentada representante del deporte de las bochas cuenta en su palmarés con dos medallas mundiales: bronce en Estados Unidos 2005 y bronce en Perugia, Italia, en 2009, además de otras preseas internacionales; la más reciente, bronce en los Juegos Odesur Asunción 2022, es una inspiración para propios y extraños empezando por sus niñas.
“Ser madre y deportista a la vez es un reto demasiado bello. Yo busqué que mis embarazos no se crucen con las competencias directas y por eso me alejé un tiempo, pero es tan grande esta pasión que se las he transmitido a mis hijas y es emocionante, me encanta verlas jugar, tienen una excelente técnica y ya compiten”, revela.
Cuenta entre sus anécdotas que, si bien dejó la selección al tener a su primogénita, volvió a las competencias cuando ella apenas tenía seis meses, “era un nacional y la llevé. Estaba fuera de la pista mientras yo competía, era parte de la barra”, cuenta tras expresar la gran expectativa que le genera ser parte de Ayacucho 2024, donde su deporte será parte del programa.
Jovana de la Cruz Capani
Reconocida atleta nacional, estuvo en los Juegos Olímpicos de Río 2016 y Tokio 2020 y cuenta en su legajo con un sinnúmero de triunfos y records, Jovana de la Cruz es un modelo a seguir como madre deportista. Tiene dos niñas, Nayara de 12 años y Killay de tres, y continúa en actividad buscando más títulos y clasificaciones olímpicas. Es consciente de la dificultad de sincronizar ambas actividades, pero asegura que la retribución es mayor.
“Muchas veces ser deportista de alto rendimieno y mamá se me complica. Pero en todo momento doy lo mejor de mí, siempre me esfuerzo y ello lo veo valorado en mis hijas, cuando me dicen te amo, te quiero, y, sobre todo, cuando veo que ellas también son disciplinadas en lo que realizan”, comenta orgullosa.
“Ser madre fue mi mayor reto en la vida, pero también es mi mayor motivación”, asegura de la Cruz, quien recuerda entre sus experiencias de madre-deportista el haber clasificado a Tokio 2020 y tener que viajar sin llevar a su bebita aún lactante debido a la burbuja por pandemia.
“Fue duro, pero tenía que asumirlo. Que mis hijas sepan que como madres somos valientes, poderosas y podemos lograr nuestros sueños, nuestros objetivos por los que tanto trabajamos”, señala, quien espera ser protagonista en los Juegos Bolivarianos del Bicentenario en la modalidad de cross country.
Victoria Lara Villavicencio
Cómo no mencionar en este reconocimiento a las madres del deporte a las progenitoras de los deportistas de alto rendimiento, sus primeras promotoras, auspiciadoras, nutricionistas, psicólogas. Y en la figura de doña Victoria Lara, madre de nuestra embajadora de los Juegos Bolivarianos del Bicentenario Nieves Ramírez, rendimos homenaje a quienes cumplen este difícil rol.
“Mi mamá es la persona principal que tengo al lado, gracias a ella me sigo desarrollando física y psicológicamente, me ha apoyado un montón. Ha estado en mis victorias, en mis derrotas, en todo el proceso deportivo que yo he tenido. Es una pieza fundamental para seguir en mi carrera”, elogia la deportista de kickboxing, otro de los deportes que serán parte de Ayacucho 2024.
Doña Victoria replica con amor: “me siento muy orgullosa al ver hasta dónde ha llegado mi hijita. Yo tengo esa obligación de darle buena alimentación y estar en todas sus actividades, brindarle mi apoyo y todo mi esfuerzo para que todo le salga muy bien y que ella también se sienta protegida por mí”, agrega este claro ejemplo de lo que significa ser mamá de un deportista.
Y en ellas saludamos a todas las mamás ayacuchanas y de todo el Perú, cuyo invalorable aporte permite tener no solo mejores representantes nacionales en distintas competencias, sino también mejores ciudadanos en busca de un país mejor. ¡Feliz día, mamá!