Escribe: Franco Sánchez Rodríguez
Con un español no muy fluido, característico de las personas que quieren aprender este idioma, Andrew Gunning Alegre profesa el amor y cariño que siente por el Perú. Este joven de 21 años nacido en Estados Unidos tendrá la oportunidad de representar a nuestro país, y el suyo también, en los Juegos Panamericanos Lima 2019. Seguro que muchos se preguntarán: ¿quién es él?
Andrew vino al mundo un 31 de enero en el estado de Nueva Jersey, sus padres Rosario y Jeff recibieron en brazos a su segundo hijo, a su segundo luchador. Desde que tenía ocho años él se vio inmerso en el mundo de la lucha, siguiendo los pasos de su hermano mayor Jake y tratando de forjar su propio camino.
“Es muy fuerte, me gusta luchar mucho”, confiesa el hábil deportista. Sus primeras peleas las disputó con el tapiz del Liberty High School de Pensilvania. Como es habitual en Estados Unidos, el nivel competitivo en las escuelas y en las universidades es muy alto; por ello, Andrew fue mejorando rápidamente con el transcurso del tiempo.
Su contacto con el Perú se dio gracias a su madre Rosario Gunning. ‘Charito’, como la conocen sus familiares y amigos más cercanos, es natal de nuestro país. Fue ella, y sus parientes residentes acá, los que le inculcaron el amor por estas tierras desde la vez primera en que las pisó, cuando era tan solo un bebé. “Soy muy feliz aquí. A mí me gusta la gente, mi mamá es peruana, es de Lima, tengo mucha familia aquí. Me gusta bastante”.
“Pienso que es muy interesante venir aquí y luchar por el país de mi mamá. Desde chiquito siempre he estado con mi papá, con mis abuelos de acá. Ellos también son muy felices, les gusta verme a mí pelear”. Esta es una de las razones que tiene Andrew para colocarse el tapiz blanquirrojo cada vez que se gane el derecho de representarnos en un certamen internacional; no obstante, también tiene otro motivo en especial. “Yo quiero pelear para el Perú, porque no es muy popular aquí, todo lo contrario, a Estados Unidos. Quiero hacer que la gente lo conozca”.
Fueron las razones expuestas las que lo impulsaron a participar del selectivo para Lima 2019 que realizó la Federación Deportiva Peruana de Lucha Amateur (FDLPA) en marzo pasado. Con firmeza y contundencia, Andrew se apoderó del cupo para los Juegos Panamericanos en la división hasta los 125 kilogramos del estilo libre masculino.
Conseguir la plaza para los Juegos también le permitió ser parte de la delegación nacional que compitió en el Campeonato Panamericano Senior Buenos Aires 2019, su segundo certamen continental portando los colores patrios. La primera vez que tuvo la oportunidad de hacerlo fue en el Campeonato Panamericano Junior Fortaleza 2018. En aquel torneo realizado en Brasil Gunning conquistó dos preseas de bronce (una en el estilo libre y la otra en lucha grecorromana).
¿Cómo llegó el año pasado a la selección? “Inicialmente, me acerqué a ellos y les pregunté si podía competir por el Perú en el Panamericano Junior”. El contacto con la Federación Peruana se dio por intermedio del actual presidente de la entidad que rige la lucha en el país, el olímpico Félix Isisola. El Sr. Isisola tuvo un contacto y un acercamiento con los padres de Andrew, lo que más adelante concluyó en la convocatoria respectiva para que pueda pelear, como todos los peruanos, por una plaza para las diferentes competencias.
A pocos meses del comienzo de Lima 2019 (26 de julio – 11 de agosto), Andrew está esperando con ansias culminar sus clases de Ciencias Políticas en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill para poder unirse a la selección en junio próximo. Mientras tanto continúa preparándose arduamente bajo la atenta mirada del campeón olímpico Kenneth Monday, oro en Seúl 1988 y quien es su ‘coach’ (entrenador) en su escuela.
“Quiero ganar, quiero conseguir la victoria en los Juegos Panamericanos”, es el mensaje final que deja el joven y soñador deportista. Por más que haya nacido a miles de kilómetros del Perú, Andrew Gunning está convencido de que quiere desarrollar una gran carrera deportiva como peruano. Por estos colores está dispuesto a dejar la vida sobre el colchón.