Redacción ELPOLI.pe
El fácil contagio del COVID-19 (coronavirus) también ha dificultado la labor de los programas antidopaje en varias partes del mundo. Pero antes de quedarse con los brazos cruzados, Estados Unidos ha pasado a la acción y ha retomado la realización de controles a sus deportistas. Aunque el protocolo se ha modificado para evitar el acercamiento físico, se avizora como una eficaz solución contra aquellos que planean hacer trampa en estos días.
Travis Tygart, CEO de la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA, por sus siglas en inglés), contó al diario USA Today que los denominados “controles antidopaje virtuales” han empezado con un grupo de doce deportistas. Entre las primeras seleccionadas se encuentran las campeonas olímpicas de natación Katie Ledecky (Río 2016) y Lilly King (Río 2016).
El proceso empieza cuando USADA envía un kit antidopaje de orina y/o sangre a la casa del deportista. Posteriormente, sin previo aviso, un oficial antidopaje llama al deportista mediante Zoom o FaceTime para que en ese preciso momento el mismo deportista recolecte su muestra. Todo esto lo hace bajo la supervisión telemática del oficial.
Si se trata de una prueba de orina, el o la deportista deberá mostrar antes imágenes del baño (para evidenciar que no haya nada ajeno al control) y luego dejará el dispositivo en la puerta para que el oficial pueda ver el proceso de recolección. Posteriormente sellará su muestra y la enviará a un laboratorio acreditado por la Agencia Mundial Antidopaje.
Esta adaptación del tradicional control antidopaje forma parte del Proyecto Believe 2020 creado por USADA como parte del potenciamiento de su programa de controles. En la actualidad es la única solución conocida para hacer frente a un panorama del que ya se habla en todo el mundo: que los deportistas tramposos aprovechen el aislamiento social obligatorio en sus respectivos países para usar sustancias prohibidas que mejoren su rendimiento.
El Comité Olímpico Internacional también ha mostrado su preocupación al respecto y ha instado a la Agencia Mundial Antidopaje y a la Agencia Internacional de Controles a encontrar formas de seguir con los controles.
Uno de las primeras medidas tomadas al respecto es reforzar el almacenamiento de las muestras recolectadas, una práctica que siempre se ha realizado y recomendado para someterlas a reanálisis posteriores con tecnologías más avanzadas. Su importancia quedó evidenciada con las sanciones a medallistas olímpicos de Beijing 2008 y Londres 2012 luego de que sus muestras fueran reanalizadas varios años después.