Escribe: Willmar Montañez León
De padre peruano y madre francesa. Toda su vida ha residido en Francia y solo visitó nuestro país un par de veces. Nadie le inculcó el amor por el Perú, él nació amando los colores rojo y blanco y la voluntad de defenderlos siempre estuvieron latentes. Hoy, con 29 años, Cedric Rivera pudo cumplir ese sueño, debutó como arquero de la selección de handball en los Juegos Panamericanos Lima 2019.
Sin embargo, no fue nada fácil llegar a pararse bajo los tres palos del arco peruano. Cedric recuerda que buscó la manera de contactarse con la federación de handball, pero se llevó una amarga sorpresa. “Hace 10 años quise comunicarme con la federación, pero me dijeron que no existía, que el handball en el Perú no era conocido. Por esa razón me decepcioné y no volví a intentarlo nuevamente.”
Tuvo que pasar una década para que el arquero del Savigny Handball 91, club donde radica el portero nacional, vuelva a buscar a la federación. “Un colega me preguntó por qué no jugaba por el Perú y yo le respondí que el handball no existe. Su pregunta me causo intriga y volví a intentar, quizás las cosas habían cambiado. Busqué y encontré que se iban a realizar los Juegos Panamericanos y que Perú tenía que presentar un equipo en todos los deportes, dentro de ellos, el handball”
Luego de averiguar sobre el certamen panamericano, Cedric volvió a buscar y encontró las redes sociales de la Federación Peruana de Handball y, de manera automática, escribió un mensaje. Pasaron los días y no había respuesta alguna, cuando pensaba que se repetía la historia de hace 10 años, llegó el mensaje que tanto esperaba.
“Pasaron varios días y no me contestaban. Me estaba volviendo a decepcionar hasta que llegó la respuesta. Me dijeron que me contacte con Gianpierre Gutelius. Así lo hice, él me preguntó en qué nivel jugaba en Francia, me pidió videos y mandé todo lo que solicitó”, señala Cedric.
Después de ese primer contacto directo entre Cedric y la federación, le dijeron que querían verlo personalmente para que pase una prueba y pueda pelear por un lugar en el equipo nacional. Sin pensarlo dos veces, al guardameta dejó su trabajo en Francia y viajó a Brasil, donde la selección estaba cumpliendo una base de entrenamiento.
“Por lo visto en los videos, ellos estaban conformes con mis actuaciones en mi club, pero querían verme tapar de manera directa. Tenía que estar en igualdad de condiciones con el resto de compañeros, ellos vienen entrenando durante años e iba a ser injusto que yo llegue del extranjero y le quite el puesto a alguien”
Ya en Brasil, Rivera tapó y convenció a todo el comando técnico. Sin embargo, tenía que pasar una última prueba, la aprobación del equipo. “El entrenador me dijo que me seleccionaba, pero que lo iba a consultar con todos los chicos. A pesar de ser nuevo, ellos me aceptaron y dijeron que estaban de acuerdo que forme parte del equipo”, finalizó