La noticia, confirmada por entidades oficiales, entristece a los seguidores del voleibol y a quienes recuerdan aquella final en los Juegos Olímpicos Seúl 1988. Y es que ella fue una de las principales protagonistas en el duelo entre las selecciones de Perú y de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) por la disputa de la medalla de oro.
Marina Nikulina Pankova falleció a la edad de 53 años, siendo aquella final ganada uno de sus magnos logros en su carrera como deportista. Cuatro años después, en Barcelona 1992, se colgó la medalla de plata como parte del Equipo Unificado (conformado por deportistas de la Comunidad de Estados Independientes, ex repúblicas de la Unión Soviética) y en Atlanta 1996 fue parte de la primera delegación rusa en participar en unos Juegos Olímpicos, ocupando el cuarto lugar con el equipo de voleibol.
La Federación de Voleibol de Rusia comunicó la mala noticia y resalta que además de haber sido una atleta excepcional, fue parte de la dinastía Pankov (su esposo es entrenador de voleibol y sus dos hijos son integrantes de las selecciones rusas). La causa de su muerte no ha sido comunicada.