Escribe: Franco Sánchez Rodríguez

“Me cortaron las aletas cuando ya estaba nadando con los ‘tiburones’. Ahora estoy de regreso y quiero demostrar de lo que soy capaz”. El 29 de marzo del 2019 quedará marcado en la memoria de Mauricio Fiol como el día en que la vida, y la FINA, le dieron una segunda oportunidad.

Y es que aquella tarde, en lo que parecía un viernes cualquiera, la Federación Internacional de Natación (FINA) le confirmó a la Federación Deportiva Peruana de Natación (FDPN) que uno de los mejores nadadores que ha visto nacer el Perú tiene permiso para ser inscrito para los Juegos Panamericanos Lima 2019 (26 de julio – 11 de agosto).

Esto, meses atrás, parecía imposible, ya que Fiol terminará su sanción de cuatro años recién el próximo 11 de julio; mientras que las inscripciones, procesadas por la Unión Americana de Natación (UANA), finalizarán el 16 de mayo. Pese a ello, el deportista patrio nunca perdió la esperanza y luchó hasta el final para que sea aceptada su petición.

Después de que la FINA y el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) lo suspendieran durante todo este tiempo por dar positivo en un control antidopaje en los Juegos Panamericanos Toronto 2015 nada fue fácil para Mauricio Fiol. “Estamos viendo un nuevo punto de partida. Antes he tenido que trabajar muchísimo. Hubo una etapa que como no tenía auspiciadores tuve que entrar a un reality, algo que no me llenó porque soy deportista. He tenido que salir de mi zona de confort”.

Como él menciona, las experiencias vividas lo han ayudado para que vuelva recargado, con más fuerza, con más motivación y con mayor determinación. Para que en la justa continental podamos ver al ‘tiburón’ peruano nadando al podio de los 100 y 200 metros mariposa.

Foto: Ángel Leiva Espinoza

¿Te comunicaste con la federación peruana para que ellos pudieran hacer la diligencia con la FINA de forma anticipada?

Sí, me comuniqué con ellos para que lo hagan diciéndoles que estoy bien entrenado, que voy a estar listo para representar al país. Quiero agradecer a la federación por esta gestión. Estoy seguro que voy a pelear una final, una medalla. Vuelvo a competir el 11 de julio y a partir del día siguiente ya estaré haciendo marcas interesantes para rankearme en la lista previa a los Panamericanos.

¿Cuándo se abrió esta posibilidad para ti? Porque tiempo atrás tú mencionabas que te proyectabas para Tokio 2020, ya que tu presencia en Lima no era muy segura.

Lo que pasa es que hace dos años, cuando cerré la etapa del juicio, yo dije que no me iba a preocupar por lo que no puedo controlar, que me iba a dedicar a entrenar y a demostrarlo en la piscina. Falta un poco más de tres meses para que vuelva a competir y creo que llegó la hora. ¿Si pensaba en los Panamericanos? No te miento, sí era una de mis metas, pero ya escapaba de mí, solo me estaba preparando para mi regreso y para hacer la marca olímpica. Ahora me entreno para hacer la marca olímpica y para los Juegos Panamericanos. Estoy mucho más motivado.

¿Qué fue lo más difícil durante todo este tiempo?

El tema emocional fue bastante difícil. El saber que no puedes competir, el saber que no puedes lograr cosas pero que tienes una sed de revancha al mismo tiempo, dejar que pasen los días y no faltar a entrenar. Ha sido una etapa bastante dura. Gracias a Dios se dio la noticia del día 29 (cuando aceptaron que podía ser inscrito), que fue justo después de mi cumpleaños (26 de marzo).

Fue un doble regalo…

Sí, fue un doble regalo. En ese momento sentí que mi alma volvió al cuerpo, sentí que durante cuatro años estuve viviendo una vida de la cual no formaba parte, que estaba levitando o en automático. Ahora ya puedo gozar cada instante. Siempre he tenido claro lo que quería; sin embargo, recién he vuelto a disfrutar cada entrenamiento desde el lunes, a volver a sonreír entrenando. Todo este tiempo no lo había hecho. Entrar al agua para mí era muy duro, ya que me traía muchos recuerdos malos. No sabes la felicidad que he sentido en estos tres días. Esto es algo que no me ocurría desde los días previos a Toronto 2015.

Foto: Ángel Leiva Espinoza

¿Cómo saciarías esa sed de revancha que tienes?

Creo que está muy claro, claro en el sentido de que mi meta es traerle un logro a mi país. La revancha no es solo personal, sino también es para el Perú, para la gente que estuvo conmigo, mi familia, mis entrenadores, mis auspiciadores, para todo ese grupo humano que me dio un aliento cuando yo más lo necesitaba para seguir con mi sueño de vida.

¿Sería logrando una medalla en Lima 2019?

Prometer una medalla en Lima es muy complicado, son unos Juegos Panamericanos y son el segundo evento más importante del mundo después de los Juegos Olímpicos. Estoy preparado para representar al Perú de la mejor manera; lo que sí puedo prometer es que voy a dejarlo todo, como lo vengo haciendo en cada entrenamiento.

¿Emocionalmente cómo te encuentras?

Creo que muy bien. La noticia me ha tocado en un buen momento. Tengo cuatro meses para seguir preparándome al cien por ciento. Tengo que concentrarme y cambiar algunas cosas, porque no solo quiero volver con mi nivel, sino mucho mejor.