Escribe: Franco Sánchez Rodríguez

Samantha Bello aprendió a nadar antes que a caminar. Se sumergió por primera vez en una piscina cuando solo tenía ocho meses de nacida y a diferencia de lo que su apellido pueda hacer imaginar, fue su madre Joann Soriano la que propició su primer acercamiento con el agua.

Y es que su apellido nos recuerda a uno de los mejores nadadores en la historia del Perú, quien precisamente es padre de la protagonista de nuestra historia. Juan Carlos Bello Angosto, conocido como Johnny Bello, fue cuarto puesto en unos Juegos Olímpicos (México 1968) y finalista en otros (Múnich 1972).

Pero pese a la gran tradición familiar, Samantha asegura no haber tenido presión alguna para dedicarse a la natación. “Antes de cumplir 10 años me pusieron en todas las disciplinas posibles porque mi papá quería que elija una. Nunca le ha gustado que me sienta presionada; es decir, si él fue nadador yo no tenía por qué serlo. Si me hubiese gustado otro deporte me quedaba en ese. Practiqué ballet, gimnasia, fútbol, karate, golf, etc”, le cuenta a ELPOLI.pe.

Foto: Ángel Leiva Espinoza

 

Hoy, con 15 años, ostenta varios récords nacionales y tendrá su primera experiencia olímpica.  Samantha ha trabajado mucho para este momento e incluso ha cambiado la forma de educarse para no dejar el intenso ritmo de un deportista que busca ser de alto nivel. Estoy en cuarto de secundaria y empecé a estudiar homeschool (educación en el hogar) porque es menos presión. Viajo un montón y casi siempre faltaba al colegio, llegaba tarde porque tenía que entrenar o me iba antes de que acaben las clases. No me convenía seguir perdiendo notas”, explica.

En los Juegos Olímpicos de la Juventus le esperan las pruebas de 200, 400 y 800 metros libres y está lista para dar lo mejor de sí. Sus padres y sus hermanos mayores, Juan Carlos y Joanna, la apoyan al máximo.

¿Por qué elegiste la natación?

Porque desde chiquita me ha gustado mucho el agua. Además, sentía que tenía más posibilidades de ser ‘alguien’ nadando que en otras cosas. Para la natación se necesita de mucha dedicación, es difícil. A mí no me agrada que las cosas sean fáciles, mientras más complicado es debes ponerle mayor esfuerzo. Ese también fue un factor determinante.

¿El hecho de que tus padres hayan sido nadadores influyó en algo?

Sí, creo que sí. Pienso que los hijos siempre admiran a los padres. Cuando les comenté que quería nadar, me dijeron que estaba bien, pero que lo haga bien, sino que no lo hiciera. “Si te levantaste en la madrugada para entrenar, hazlo bien, sino quédate a dormir”, me decían.

¿Cómo es tener a un papá olímpico y que es tan reconocido?

Me encanta. Muy aparte de toda la experiencia que él pueda tener en esto, mi papá está ahí cuando no sé qué hacer o cuando tengo una pregunta. Aunque por otro lado a veces puede que sea un poco de presión porque me gustaría llegar a lo que él ha llegado e incluso a más.

Foto: Ángel Leiva Espinoza

¿Te ha hablado sobre cómo es la competencia en unos Juegos Olímpicos?

Él siempre me ha contado todas sus anécdotas. Recuerdo que de pequeña leía y veía un álbum, donde está toda su historia en la natación. Me dice que para llegar hay que entrenar muchísimo y también tener una mentalidad muy fuerte.

Ya has competido en un torneo de mucho prestigio como los Juegos Bolivarianos, ¿te sirvió bastante esta experiencia con personas mayores que tú?

Siempre he pensado que no importa que rival tenga al costado, sino lo que uno mismo va a nadar. Puedo tener a una campeona mundial al lado, pero no importa, yo voy a mejorar mis marcas, a hacer mi carrera, y no a preocuparme por mi oponente.

¿Admiras a alguien?

La campeona olímpica es la estadounidense Katie Ledecky (Río 2016), para mí ella es admirable.  Nada muy bien y posee el récord mundial en los 400, 800 y 1500 metros libre. Obviamente también está Michael Phelps, a quien tuve la oportunidad de ver competir.

Foto: Ángel Leiva Espinoza

¿Crees que de acá a algunos años tu nombre sea un referente para la natación peruana?

Eso no te lo puedo responder. Hay mucha gente que habla, pero creo que con acciones se demuestran las cosas. Hasta que no pase no sabremos si será así, no me gusta alardear antes de. Obvio que sí me gustaría.

¿Qué esperas de Buenos Aires 2018?

Intentaré quedar entre las primeras. Estoy yendo como menor, tengo 15 años, así que me gustaría superar lo que hice en el pasado Mundial Junior en Indianápolis (Estados Unidos), donde culminé en el puesto 20. También quiero bajar mis marcas.